Luis Javier Casas, Alejandro Pascual y Ana Bravo, equipo redactor de propuestas para presentar a la Dirección General de Juventud de Juventudes del PRC, han presentado la creación del borrador del anteproyecto de ley de juventud.
Este proyecto se tramitará en breve y Luis Javier Casas ha querido mostrar su orgullo por la respuesta y el trabajo realizado. Consideran que la Ley de Juventud es de vital importancia ya que es la que más consecuencias directas tiene para ellos. En una temporada en la que la juventud está siendo criminalizada.
Este proyecto tiene como objetivos principales la lucha contra la despoblación del ámbito rural, el ejercicio efectivo del derecho de la juventud de Cantabria para que todos los jóvenes puedan vivir y trabajar en la región, y, la plena integración de los jóvenes en la vida pública y la sociedad, facilitando su autonomía, con acceso a una formación, empleo y vivienda.
Además consideran esenciales fomentar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito social, haciendo hincapié en los jóvenes más desfavorecidos con discapacidad o en riesgo de exclusión social. También corregir las desigualdades que padecen los jóvenes del medio rural en una Comunidad Autónoma como es Cantabria, facilitando el acceso a la información y todos los servicios. Además de promocionar la salud entre los jóvenes, especialmente en el sector bio-psico social, ya que la mayor causa de muerte en este rango de edad es el suicidio, lo cual consideran alarmante.
Juventudes de PRC pide a todas las instituciones que le den importancia al Consejo de la Juventud de Cantabria, reforzando la participación de la juventud en las intituciones y que esté no se pueda disolver. Como se hizo hace 8 años.
Piden la participación de todos los jóvenes para que propuestas de este tipo puedan seguir surgiendo. Ya que esta ley servirá entre otras cosas para potenciar a la juventud en la búsqueda de empleo.
Por último, consideran que para solucionar el problema de despoblación de zonas rurales, primero hay que conseguir que los jóvenes que todavía habitan estas zonas no se vean obligados a marcharse por falta de empleo o servicios. Y solo así, se podrá después animar a otros jóvenes a que se trasladen a zonas rurales.